lunes, 29 de septiembre de 2014

LA CALIDEZ DE LOS OBJETOS DE MADERA

Desde el inicio de los tiempos los juguetes, utensilios, atrezzos y objetos, se fabricaban con materiales nobles, con nobles maneras y nobles maderas. Como la construcción de estructuras de madera. Las ventanas de madera, las pergolas, pasarelas.

Tiempo a pasado ya desde que el teatro de la ópera de Sidney o el placio de la ópera de Munich, necesitara y contratara a atrezzistas que sabían mucho y bien del trato con los objetos de madera y las lacas y barnices con los que confeccionaban los escudos y las mamposterías de os episodios nacionales y de las óperas garantes de diletancia en confort.

La madera tiene la ventaja de que es un aislante acústico natural y de que es transpirable, se pueden trabajar estructuras de madera y casas de madera con dobles bastidores contrachapados, laminados, siguiendo el sistema americano de doble capa o doble piel, también con lisuras en las maderas de pino, cedro o abeto, a modo de barniz se pueden contruir bonitas casas de madera pero también pasarelas de madera y puentes de madera, todo a gusto del consumidor que siempre puede informarse de este material noble que se trabaja con esmero y cuidado pues para eso son las lisuras y lacas del material que es intumescente por el tratamiento dado tanto ne casas de madera cómo en pasarelas de madera cómo en otros objetos de lamadera tal y toda.

Viejos oficios cómo el de cestero o mimbrador que tendieron a desaparecer y que sin embargo en países nórdicos donde hay aldeas en el rigor del frío inviernos aisladas y sobrecogidas por el frío, allá aún se estilan modos, formas y maneras de trabajar la conifera, el pino, el abedull o el sicomoro que, decorados con dama de noche y perfumadas sus creaciones también, se hacen bellos marcos de espejos, balaustradas, pasamanos y correcalles.

EL NEGOCIO DE LA MADERA NO ACABA AQUÍ

jueves, 11 de septiembre de 2014

Casas de Madera

La primera vez que vi una casa de madera prefabricada fue en los años noventa, en la urbanización de la costa de España. Era propiedad de unos extranjeros que eran belgas. El muchacho de mi edad entonces, que se llamaba Alex me estuvo hablando largo y tendido y en mi idioma de que en Finlandia en Centroeuropa, las casas de madera prefabricadas eran una opción muy rentable y muy amigable y simpática que se tenía en cuenta de manera volumétricas, ésto es: la masa crítica social había hecho de ese uso no una rareza y no una curiosidad ni excentricidad, simplemente una opción de vida más, tan altamente válida cómo cualquier otra que nos pudiera parecer así ahora cómo antes cómo más tarde en la vorágine del proceloso océano del tiempo.
Alex era belga y ya en las francias se estaban empezando a estilar las casas de madera, sin duda llegarían a España en veinte años, cómo así ha sido, y lo entenderemos cómo algo normal desde nuestra mentalidad española, haciendo nuestros, encantos y usos y llegando a modas tarde pero concisos y preparados y cómo residuales de otros que son o han sido más y también perplejos y maravillados y también solícitos cuando no dispuestos.

Todo ésto sucedió en un verano de los años noventa, siendo y yo sintiéndome aún joven.

RECUERDOS